martes, 27 de abril de 2010

primer arrebato

El fotógrafo es el privilegiado que presencia la escena y consigue cazar el instante. Pero a su maestría siempre la persigue una condena, la de no formar parte jamás, de aquello que está inmortalizando. Podrá observarlo para siempre, pero no revivirlo, el instante ya ha pasado. Todo lo que importa y le da algún significado a ese instante, queda detrás de la imagen, más allá del mundo material, más allá del fotógrafo y de los protagonistas.

Creo que no hay arte más volátil que el de la fotografía. Y sí, he dicho arte.